viernes, 29 de abril de 2011

A los bancos

¡SI TÚ PAGAS SU DEUDA, QUE ELLOS PAGUEN TU HIPOTECA!




¡Qué asco de políticos!

jueves, 21 de abril de 2011

Quiebra moral de la economía de mercado

El llamado "cuarto poder", el de los grandes  medios de comunicación, está hoy bajo las órdenes del poder político y, sobre todo, del económico.

Uno. Los argumentos económicos son insuficientes para comprender las causas profundas del desastre que estamos viviendo. No solo ha habido "fallos" de la regulación financiera y "errores" de política, como dicen los economistas. Hay algo más intrigante: una quiebra moral del nuevo capitalismo que emergió en los años ochenta del siglo pasado.

El "nuevo héroe" del capitalismo lo quiere todo y ahora busca la rentabilidad inmediata

Sus desvaríos los pagan los ciudadanos con sus impuestos y la pérdida de conquistas sociales

Si no se toma en consideración esa quiebra moral es imposible comprender la crisis financiera de 2008. Y, lo que es más importante, tampoco se ven algunos de los destrozos que deja: la deslegitimación social de la economía de mercado; una deslegitimación que abarca a las políticas que están haciendo los Gobiernos.

Es descorazonador ver cómo se utiliza el argumento del too big to fail [demasiado grande para caer] con el fin de justificar el rescate público de los bancos y el mantenimiento del empleo y sueldo a los banqueros, haciendo pagar al resto la factura con sus impuestos y recortes de gastos sociales. Esa "medicina", además de culpabilizar a las víctimas, aumentará la desigualdad.

El riesgo es, entonces, el desprestigio de la política democrática y la aparición de problemas serios de gobernabilidad de nuestras sociedades.

Dos. Para comprender las raíces de esa quiebra moral, es necesario cruzar las fronteras del análisis económico y adentrarse en otras disciplinas que captan mejor los fundamentos éticos de la economía, basados en valores como la confianza, la equidad, la justicia o la buena fe en las relaciones económicas; y las consecuencias negativas de la desigualdad, el fraude, el expolio o la corrupción.

Esa convicción me ha llevado a coordinar un ensayo colectivo que en su propio título expresa esa necesidad: La crisis de 2008. De la economía a la política y más allá, editado en la colección Mediterráneo Económico de Fundación Cajamar (www.mediterraneoeconomico.com). Junto a la opinión de economistas, incluye la de filósofos, sociólogos, historiadores, periodistas, ensayistas y novelistas. Aunque sus miradas son diferentes, la polifonía de voces no desentona. Al contrario, ofrece una visión más comprensiva, en la que las voces de los economistas se ven complementadas por la de otros pensadores y científicos sociales.

Tres. Los economistas ofrecen cuatro tipos de explicaciones, no excluyentes entre sí, que descansan sobre la idea de "fallos", "errores" y "desequilibrios".

La primera, atribuye la burbuja de crédito y la asunción de riesgos a los "fallos" de la desregulación financiera que propició la desaparición del viejo modelo de banca prudente y aburrida, que mantenía el riesgo en su propio balance, y fomentó nuevas prácticas ("innovación financiera") que llevaron a la toma de riesgos excesivos para esparcirlos por todo el globo.

La segunda, se centra en los "errores" de una prolongada política de bajos tipos de interés practicadas en Estados Unidos (para evitar la recesión posterior a la explosión de la burbuja punto.com a inicios del 2000), y en Europa (para intentar sacar a Alemania de su anorexia posintegración).

La tercera se fija en los "desequilibrios globales", que hicieron que algunos grandes exportadores de manufacturas, como China y Alemania, en vez de consumir esos ingresos crearan grandes masas de ahorro (global savings glut) que financiaron la burbuja de crédito en EE UU y en la periferia europea.

Una cuarta explicación vincula la burbuja de crédito y la burbuja inmobiliaria con la desigualdad. Incapaces de hacerle frente mediante políticas redistributivas, los Gobiernos habrían utilizado el crédito barato y las políticas de desgravación a la vivienda para compensar la caída de ingresos de las clases medias y trabajadoras. El hecho de que la burbuja inmobiliaria haya sido más intensa en los países del Atlántico Norte, como España, parece apoyar esa hipótesis.

Cuatro. Los no economistas dirigen la mirada hacia otro lugar. Buscan las raíces de la crisis en una "quiebra moral" de la economía que se habría producido en los años noventa.

Estamos ante un fenómeno intrigante. Algo sucedió en los ochenta que invirtió la tendencia a la reducción de la desigualdad desde la II Guerra Mundial. A partir de los ochenta la distribución de la renta se hizo más desigual. Los ricos, especialmente en el sector financiero, se han hecho cada vez más ricos.

Las causas no están claras. Coincidió con cambios de diverso tipo: tecnológicos (las nuevas tecnologías de la información y las telecomunicaciones), económicos (la globalización), políticos (caída del muro de Berlín) e ideológicos (aparición de la ideología del mercado libre de trabas). Pero parecen haber tenido más influencia las políticas desreguladoras y la debilitación de instituciones que ejercían un cierto control social, como los sindicatos y los medios de comunicación.

La caída del muro de Berlín y del socialismo jugó un papel decisivo. Paradójicamente, no solo dejó huérfano de fundamento ético al socialismo, sino también al capitalismo. La vieja ideología calvinista, basada en la ética del esfuerzo y la responsabilidad individual, dejó paso a una nueva ideología donde la retórica de las "leyes impersonales del libre mercado" impediría juzgar la conducta de los actores desde una perspectiva moral. Es decir, la lógica del mercado haría desaparecer el libre albedrío y, por tanto, la responsabilidad individual. La economía quedaría así liberada de fundamentos éticos.

Esta falacia dio carta de naturaleza al "nuevo héroe" del capitalismo. Un personaje amoral, desacomplejado, libre de cualquier tipo de cortapisas, que lo quiere todo y ahora, que busca maximizar el valor de la acción y su rentabilidad inmediata, y no a la creación de valor económico a largo plazo. Además, se beneficia del paraguas del llamado "riesgo moral": sabe que las consecuencias negativas de sus acciones no las pagará él, sino la sociedad que vendrá a su rescate.

Los economistas han tenido un papel importante en esa quiebra ética. Aunque saben poco de cómo funciona el mundo real, practican una economía arrogante, basada en supuestos idealizados del comportamiento económico, que han utilizado para apoyar políticas de libre mercado. Solo una economía humilde, que reconozca que sabe poco sobre los mercados financieros, será fuente de progreso y estabilidad.

Cinco. Si es cierta esta quiebra moral de la economía, la pretensión bienintencionada de que corrigiendo los "fallos" de la regulación financiera será suficiente para acabar con las conductas amorales y meter al genio de la inestabilidad financiera dentro de la botella es un wishful thinking, una ilusión interesada.

La evidencia de que es una falsa solución está en la rápida reaparición de las mismas conductas de riesgo y sobresueldos protagonizadas por los responsables de las agencias de rating y de las instituciones financieras que causaron el desastre y fueron rescatadas con dinero público. Causa sonrojo ver la desfachatez con que vuelven a practicar las mismas conductas. No es que sean inmorales, son amorales. Practican un "fraude inocente".
Una salida estable y duradera a la crisis requiere una refundación moral del capitalismo. No creo que necesitemos otro capitalismo, pero sí necesitamos salvar al capitalismo de estos capitalistas. El problema es que la política ha perdido autonomía y capacidad para hacerlo. Causa desazón ver la confesión de impotencia de David Cameron en el Parlamento británico al señalar que su Gobierno no puede hacer nada para frenar esas conductas.

Pero si la política no recobra su autonomía frente a los mercados financieros, y la sociedad no es capaz de manifestar su indignación ante estas conductas, no habrá límites eficaces a la economía especulativa, a la volatilidad financiera y a la desigualdad.

De ser así, el mayor riesgo de la próxima década será la creciente ingobernabilidad de nuestras sociedades democráticas. Algunas señales apuntan ya en esa dirección.

Antón Costas es catedrático de Política Económica de la Universidad de Barcelona.

domingo, 17 de abril de 2011

No somos mercancía en manos de políticos y banqueros


Nosotros los desempleados, los mal remunerados, los subcontratados, los precarios, los jóvenes… queremos un cambio y un futuro digno. Estamos hartos de reformas antisociales, de que nos dejen en el paro, de que los bancos que han provocado la crisis nos suban las hipotecas o se queden con nuestras viviendas, de que nos impongan leyes que limitan nuestra libertad en beneficio de los poderosos. Acusamos a los poderes políticos y económicos de nuestra precaria situación y exigimos un cambio de rumbo.

Mediante esta plataforma, queremos ayudar a coordinar una acción global y común entre todas aquellas asociaciones, grupos y movimientos ciudadanos que, a través de distintas vías, están intentando contribuir a que la actual situación cambie.

Convocamos a todos, en calidad de ciudadanos, a salir a la calle el día 15 de Mayo, a las 18 horas, bajo el lema “Democracia Real YA http://democraciarealya.es/ (Clik en al azul) No somos mercancía en manos de políticos y banqueros”. Te animamos a que te unas de forma pacífica y sin símbolos políticos excluyentes para hacer que se escuche una sola voz.

Puedes enviar un mail a contacto@democraciarealya.es para adherir a la convocatoria tu grupo, asociación, blog o plataforma, o para colaborar en la difusión y organización en tu ciudad de la protesta.

En pie de paz y de justicia social. Unidos, podemos.

lunes, 11 de abril de 2011

Algunas razones para votar en blanco

“Ciudadanos en Blanco”, como han podido comprobar cuantos se han acercado a esta página web, defiende el voto en blanco computable, es decir, que el voto en blanco cuente a la hora de asignar escaños, y, por eso, se presenta a las elecciones y pide para él el voto de los electores, pero sin olvidar (más bien, exponiéndolas y defendiéndolas) las razones para votar en blanco.Las que siguen son algunas de las consideraciones que se ha hecho el colectivo “ciudadanos por la solidaridad”.

Ante estas elecciones, como ciudadanos con derecho al voto, tenemos tres opciones:a) Votar a un partido b) Abstenersec) Votar en blanco Actualmente, VOTAR A UN PARTIDO supone: Dar nuestro voto de confianza a una relación de personas impuestas por un partido a las que luego los ciudadanos, como norma, no vamos a poder pedirles responsabilidades, puesto que no están sujetas por mandato imperativo a los electores, sino, por la disciplina de voto, al partido que les presentó en su lista.Esto facilita, por una parte, el olvido de la política como servicio a la sociedad en beneficio de los intereses privados ( dando lugar a la corrupción, abuso de poder, tráfico de influencias, absentismo, etc.), y, por otra parte, refuerza el funcionamiento actual de los partidos, donde se ha sustituido la militancia por la burocracia del aparato y la voluntad hegemónica del líder de turno.

Mantener esta situación les supone acudir a fuentes de financiación irregulares, acumulando grandes deudas, que les condiciona su actuación política La segunda opción, LA ABSTENCIÓN, cabe interpretarla como una acción de castigo a los partidos políticos. Sin embargo, la dificultad de distinguirla de una actitud de indiferencia política o de planteamientos autoritarios, convierte la abstención en una opción ambigua.

Existe una opción en el sistema electoral, que permite recoger ese descontento con las opciones que nos ofrecen los partidos y que manifiesta un espíritu más democrático, esta opción es el VOTO EN BLANCO.

¿POR QUÉ VOTAMOS EN BLANCO? Por la subordinación, es decir, total dependencia de toda política municipal y autonómica, al modelo económico mundial, basado en el dominio del capital financiero y de las empresas transnacionales, a cuyos intereses se sacrifican no solo la economía mundial y nacional sino también, como no podía ser de otro modo, la autonómica y local. La desaparición en nuestras ciudades y autonomías de las pequeñas y medianas empresas y comercios, la reubicación y reordenación de las transnacionales, el astronómico precio de las viviendas, el disparo del paro, la degradación de la naturaleza de nuestro entorno, etc. son consecuencia lógica de tal subordinación. Tratar, como se pretende, de hacer política local y autonómica sin cuestionar tales presupuestos es -entendemos- una irresponsabilidad por parte del que la ejerce y un engaño al pueblo que la sufre. Por el progresivo deterioro del tejido social que, acosado por la demagogia política, va desintegrándose y dejando paso al individualismo a ultranza y la marginación masiva.Porque los programas se olvidan de que cualquier ordenación de la sociedad debe tener siempre en primer lugar a los más débiles de la misma, desde los emigrantes y parados a aquellos que están por nacer, no condenándoles a su marginación o desaparición.
Porque creemos que la militancia política en favor de los últimos de la sociedad, es la política más humana que podemos llevar a cabo, no conformándonos con el criterio de la falsa eficacia política que supone el votar al "menos malo". Las elecciones también ponen de manifiesto la calidad humana de un pueblo.Ciudadanos por la Solidaridad
Mas información:
http://www.ciudadanosenblanco.com/index.php

sábado, 2 de abril de 2011

SEXO EN “VIENE LA NOCHE”

"buscando algún método que no implique genitalidad porque Jaime y yo hace años que renunciamos a tener relaciones sexuales”. (Mírame pero no me toques)

Este último libro de la Trilogía no iba a librarse de la invasión sexual que se recoge en los dos primeros. Encontré algunas alusiones menos que en los otros, pero con ello, anoté citas de 17 páginas –aunque hay más- (22,33,35,78,66,79,82,105,109,112,123,125,149,189,191,228 y 233); y, si éstas me han parecido pocas…los dos libros anteriores pueden definirse como “entes decididamente sexuales”.

Destacaría la sexualidad del vetusto Benjamín (más imaginaria que real), que cuando el cuerpo le pide marcha, se va en busca de su sorda amiga Clarita, la cual le “comienza a hurgar en la bragueta. Juega con su pene que se queda a media erección, ganchudo, como sorprendido de verse al aire libre” (pág 82)

Luego está la sexualidad del asexuado Jaime, hijo de Benjamín –como ya sabemos- y conyugue “inactivo” de Sara –la rara…, u ostra según su suegro-. Aunque raritos sí que son los dos. Porque pretenden tener un hijo –según dice ella- “buscando algún método que no implique genitalidad porque Jaime y yo hace años que renunciamos a tener relaciones sexuales”. A continuación Jaime pone la guinda diciendo “Para Sara y para mí el sexo no es importante, todo lo contrario: nos violenta, nos repugna. Lo sabíamos antes de casarnos…” (Pág 191)
Yo pensaba que, a partir de esta página, el autor iba a convertir a Jaime en su alter ego. Pero mi imaginación quiso ir más allá que lo que el autor tenía pensado darnos. Imaginaba cómo Esquivias iba a crear todo un mundo argumental para trasmitirnos el caso de un hombre homosexual que convive con una mujer. Ella, perfectamente, podía ser lesbiana. Podía haber dado mucho juego la historia de un matrimonio entre un gay y una lesbiana…; sí, mi imaginación fue mucho más allá, pero Esquivias no quiso darme el gusto.

Finalmente encontré una frase en la que el autor, muy solapadamente, declara su homosexualidad. Sara compra como regalo de Navidad un par de libros a su suegro, Benjamín. Se los prepara “Su amiga Mila (…) tiene un novio al que visita todos sus días libres, y este chico, a su vez, conoce a un primo o amigo o vecino o novio del autor, y había conseguido su firma” (pág 69: ¿no es mucha casualidad que desvele su inclinación en esta página?)
 Esquivias ha conseguido una muy sutil forma de decir que tiene novio.

Nota Revulsiva:

Este comentario pertenece al Cub de Lectura de La Acequia, dirigido por el Profesor Pedro Ojeda Escudero; a quien dios quiera aconsejar no nos recete leer otros tres libros en un trimestre.
Seguiremos con Bécquer, pero al mismo tiempo debo movilizar de sus estantes algunos ejemplares de Borges (Para un Foro en Priego, en Mayo. Borges me pone cardiaco)

ÑIÑA QUE HABLÓ ANTE LA O.N.U.