viernes, 26 de diciembre de 2008

CAP. XXXIII (1ª) DE D. QUIJOTE

Reunión familiar a la cual invitamos a nuestros ilustres amigos D. Quijote y Sancho, a tomar unas copas y unas tapas, como se puede apreciar en la foto.( De Izquierda a derecha, Sentados: Amigo Sancho Panza, mi esposa Mª Moreno, Excmo. señor D. Alonso Quijano, mi padre, y un servidor de ustedes algo ya beodo).


CAP. XXXIII 1 parte, de D. Quijote

Subtitularìa yo, esta historia del “Curioso Impertinente”, con el siguiente epígrafe: “De còmo la ociosidad acaba perturbando la mente de la clase acomodada “. De la siguiente manera nos relata Tolstoi los males que acarrea la ociosidad; en su interesante novelita “ La sonata a Kreutzer”: “La alimentación excesiva y excitante y al mismo tiempo el ocio físico completo en que nos encontrábamos no constituyen sino una excitación sistemática de la carne”.
Fruto de esta perturbación es, por ejemplo, el acto propuesto por Anselmo a Lotario, y que consiste en su obsesión por meter la “ zorra dentro del gallinero”. O lo que es lo mismo: encerrar en su propia casa a su amigo, “zorra”, Lotario a solas con la “gallina”, Camila; bella y discreta esposa de Anselmo. Comunica Anselmo a su amigo el dolor que “hiere su alma” que, como ya hemos dicho anteriormente, es fruto de ociosas alucinaciones: “ vivo yo el màs despechado y el màs desabrido hombre de todo el universo mundo; porque no sè què días a esta parte me fatiga y aprieta un deseo …..” . ( Dèmosle a Anselmo una hoz y unas fanegas de trigo por segar a cuarenta grados en la campiña cordobesa, seguro que le desaparecen todos los pàjaros que tiene en la cabeza )
Se extienden los dos amigos en largas plàticas, que tratan sobre la conveniencia de poner en marcha un plan, el cual, Anselmo suplica a su amigo Lotario ponga en pràctica. El plan no es otro, sino que Lotario intente seducir a Camila, y de esta forma Anselmo quede convencido de la fidelidad, o no, de su esposa. Tras muchos dires y diretes, Lotario acaba aceptando el caso.
1· parte del plan: Lotario acepta permanecer una noche durante unas horas a solas con Camila. Lotario se echa a dormir mientras viene su amigo. Posteriormente comunica a Anselmo que por ser el primer dìa no vio prudente iniciar la ofensiva. Anselmo insiste a Lotario que sea màs “agresivo”; y le da unos dineros y joyas para que se los ofrezca a Camila.
2· parte del plan: Quedan de nuevo a solas Lotario y Camila. Lotario no le dice nada a ella con respecto al asunto en cuestión. Anselmo los observa por el claro de la cerradura. Ve como su amigo permanece inerte. A la salida Lotario intenta engañarlo, diciéndole que estè tranquilo sobre la fidelidad de su esposa, que ella ha rechazado todos los ofrecimientos que èl le hizo. Anselmo le dijo que mentìa y que èl los había espiado. Lotario pidió perdón a Anselmo, y le prometió que no le mentirìa màs. Que le haría caso e intentarìa seducir a Camila. 3· parte del plan: Lotario se involucra en su misión con todo empeño y nada descontento. Empieza a tirarle los tejos a Camila. Ella escribe a su marido, que para ayudar a la empresa salió unos días de viaje, dicièndole que hay una “ zorra en el gallinero” y que era preciso que volviera presto. Al principio Camila intenta esquivar la artillería ligera que sobre ella arroja Lotario, consiguiendo una tregua. La cual es aprovechada por Lotario para rearmarse con armamento màs consistente. De esta forma sacò a la luz toda su artillería pesada: “…comenzó a requebrar a Camila , con tanta turbación y con tan amorosas razones que camila quedó suspensa…..”

Veremos en el capìtulo XXXIV, si finalmente Lotario se lleva al huerto a la bella dama.
BUENAS Y REVULSIVAS TARDES

viernes, 19 de diciembre de 2008

CAP. XXXII (1ª) DE D. QUIJOTE


Sancho ya no teme a la "Venta del Zurdo"


"" ACABÓSE la buena comida, ensillaron luego, y, sin que les sucediese cosa digna de contar, llegaron otro día a la venta, espanto y asombro de Sancho Panza...."


CAP. XXXII ( 1 ) D. Quijote


Finalizado el almuerzo, y, después de tomar bicarbonato sódico nuestros protagonistas, por la enjundia de los alimentos ingeridos, ensillaron luego toda la “trupe” , y se encaminaron hacia la venta: “espanto y asombro de Sancho Panza”.
Tras los saludos de rigor, entre venteros y huéspedes, la ventera “ arremetió al barbero, y, asiéndole de la barba…” le dijo que le devolviese su cola que éste había usado como barba, con el siguiente razonamiento: que anda lo de mi marido por esos suelo, que es vergüenza; digo, el peine que solía yo colgar de mi buena cola”.
Parece ser, que la ventera quisiese insinuar algo, con la expresión: “que anda lo de mi marido por esos suelos, que es vergüenza”; porque por un peine rodando en el suelo no debería de enfadarse. ¿ Tal vez quiera dar a entender que algún atributo de su marido se encuentra en “horas bajas”?. Lo más seguro es que sean “imaginaciones mías”, ya que la referida ventera no da pie a otras especulaciones.
A continuación entran todos en debate sobre la calidad de ciertos libros de caballerías que un huésped hubo olvidado en la venta; más de treinta dentro de una maleta. Uno de estos libros, se refiere a las hazañas de mi paisano cordobés, Gonzalo Fernández de Córdoba, más conocido por El Gran Capitán; y cuya estatua ecuestre preside el centro de la plaza de Las Tendillas de nuestra ciudad.
Relata el ventero, que en la época de siega, se reunían hasta treinta braceros en torno a un espontáneo lector, quedando todos embobados escuchando las aventuras de aquellos libros. Hoy en día, los “braceros” se han dispersado, y han buscado refugio en los culebrones o telenovelas, Gran Hermano, “ Menudo Primo”, y una serie reciente de TV que va pregonando que si careces de tetas no alcanzarás el reino de los cielos en la Tierra.
De nuevo, Cervantes, justifica el objetivo de su obra, que no es otro que el de entretener y divertir: “ ya os he dicho amigo, replicó el cura, que esto se hace para entretener nuestros ociosos pensamientos; y, así como se consiente en las repúblicas bien concertadas, que haya juegos de ajedrez, de pelota, y de trucos..”.
Acaba el cura su discurso aconsejando al ventero, de la siguiente manera: “ Quiera Dios que no cojeéis del pie que cojea vuestro huésped don Quijote”. “Eso no, respondió el ventero, que no seré yo tan loco que me haga caballero andante…”.
“ A la mitad desta plática se halló Sancho presente y quedó muy confuso y pensativo de lo que había oído decir que ahora no se usaban caballeros andantes..” .

Pobre Sancho, de nuevo se encuentra inmerso en un mar de dudas; que si algún día será nombrado gobernador de una ínsula…. .Acaso administrador de un rico cortijo andaluz… . Por momentos se esfumaban sus nobles aspiraciones.
REVULSIVA NOTA:
Ésta es mi aportación para con la lectura..locura colectiva de El Quijote. Promovida por Pedro Ojeda desde su blog : la acequia.blogspot.com
Este revulsivo, lateral y espoloneado servidor de ustedes, les desea unas
F E L I C E S F I E S T A S

viernes, 12 de diciembre de 2008

CAPÌTULO XXXI (1ª) DEL QUIJOTE

Sancho: - ¡Mi señora Dulcinea!, ¿se lavó y perfumó esta mañana vuesa mercé?



DIÁLOGO:

- Pero no me negarás, Sancho, una cosa: cuando llegaste junto a ella, ¿no sentiste un olor sabeo, una frangancia arómatica...?
- Lo que se decir, dijo Sancho, es que sentí un olorcillo algo hombruno, y debia de ser que ella, con el mucho ejercicio, estaba sudada y algo correosa...
CAP. XXXI , 1ª PARTE (lectura colectiva del Quijote coordinada por Pedro Ojeda en su blog "La Acequia")

LOS SABROSOS RAZONAMIENTOS ENTRE D. QUIJOTE Y SANCHO
En el epígrafe a este capítulo, Cervantes nos desvela la clave principal para entender su posterior desarrollo: “ De los sabrosos razonamientos que pasaron entre D. Quijote y Sancho Panza, su escudero, con otros sucesos “.
He aquí, según algunos entendidos, lo más preciado de esta obra: Los diálogos entre D. Quijote y Sancho.
Nos dice Harold Bloom en el “ Canon occidental”: “La relación entre D. Quijote y Sancho, cariñosa y a menudo irascible, constituye la grandeza del libro……….. . No se me ocurre una amistad comparable en toda la literatura occidental, y desde luego ninguna que descanse de una manera tan exquisita en conversaciones tan hilarantes “.
Al degustar los “sabrosos” diálogos de este capítulo no podemos resistirnos a soltar más de una carcajada. No podemos limitarnos a una simple sonrisa, como en otros capítulos.
Cervantes, aunque melancólico, nos muestra escenas hilarantes continuamente, obligándonos a reírnos sin interrupción. La ironía y el buen humor son ingredientes de la melancolía, tan necesarios como imprescindibles. Nuestro autor es el máximo especialista en manejar estos recursos dentro de la literatura:
-“ En decir que maldecía mi fortuna dijiste mal, dijo D. Quijote, porque antes la bendigo y la bendeciré todos los días de mi vida, por haberme hecho digno de merecer amar tan alta señora como Dulcinea del Toboso.
- Tan alta es, respondió sancho, que a buena fe que me lleva a mí más de un coto “

viernes, 5 de diciembre de 2008

CAP. XXX (1ª) SANCHO DELATOR, EL LUNAR DE D. QUIJOTE Y LA PENDENCIA ENTRE ELLOS

¿ pensáis – le dijo a cabo de rato, villano ruin, gañán, faquín belitre, socarrón de lengua viperina ...?

Fieles a nuestra lectura semanal compartida, y coordinada por el profesor Pedro Ojeda, en su blog “La Acequia”, les muestro mi aportación


CAP. XXX . Primera Parte. SANCHO DELATOR, EL LUNAR DE D. QUIJOTE, Y LA PENDENCIA ENTRE ELLOS. Tiempo le faltó, al “inocente” y sencillo Sancho para delatar a su señor, por la liberación de los galeotes, ante los presentes: “Pues, mía fe, señor licenciado, el que fizo esa fazaña fue mi amo…”. Por lo que, desde muy en principio, se fueron calentando los ánimos de D. Quijote; quien contesta a su escudero menospreciando su cordura: “ ¡ Majadero !, a los caballeros andantes no les toca ni atañe averiguar si los afligidos, encadenados…..están en aquellas angustias por sus culpas o por sus gracias; sólo les toca ayudarles como a menesteros..”. A continuación, Dorotea, prosigue con el relato de su usurpado reino por parte del colosal gigante,( un momento que lea y transcriba el extrambòtico nombre asignado a èste) Pandafilando de la Fosca Vista , era su nombre , porque tenía los ojos con no sè què propiedades paranormales que desnortaba a quienes lo mirasen. Concluye la narración, con que la salvación del reino de Micomicon estaba subordinado a la intervención del fèrreo brazo de un tal caballero andante, conocido por D. Azote, o D. Cigote. Y para màs señas, Dorotea describe algunos rasgos físicos del presunto libertador: “…había de ser alto de cuerpo, seco de rostro , y que en el lado derecho debajo del hombro izquierdo, había de tener un lunar pardo con ciertos cabellos a forma de cerdas”. Como quiso desnudarse D. Quijote para mostrar el lunar que le habían profetizado, Sancho intervino diciendo que no había por què desnudarse, que èl sabìa que un lunar de esas características tenía su señor en mitad del espinazo, y que eso era señal de ser hombre fuerte. Y da que pensar que, Sancho y compañía, están comparando a D. Quijote con un porcino ibérico de “ pata negra”; pues del lunar no se dice su tamaño, bien podría ocuparle un buen trozo de espalda, y además con pelos como cerdas, o sea duros como los de un jabalí de ocho arrobas. Destacar la mala memoria de Dorotea, que en un primer momento no recuerda su nombre ni el de su reino, y posteriormente olvida que Osuna no tiene puerto de mar. Por lo visto, lo que tenía en este tiempo era Universidad, pero parece ser que de poco prestigio, o al menos de inferior a la de Burgos jajaja. El amigo Pedro Ojeda, que nos enseña sin cobrarnos nada a cambio, nos despejarà la duda. Maestro, gracias por consentir la broma. DESENLACE DE LA PENDENCIA: Màs adelante encontramos a Sancho bastante malhumorado, pues su Señor D. Quijote no acepta desposarse con tan bella y regia señora, como es Dorotea; ve que se esfuma un sòlido gobierno que se encontraba a la vuelta de la esquina. Entonces se “encabrita” un poco con su señor, y le expresa que Dorotea no tiene nada que envidiarle a su señora Dulcinea. Al escuchar D. Quijote tal ofensa hacia su sin par Dulcinea, no pudo sufrir tales blasfemias, y alzando el lanzòn, sin hablalle palabra a Sancho y sin decirle esta boca es mìa, le diò tales dos palos que diò con èl en tierra; bronca: - ¿ pensáis – le dijo a cabo de rato, villano ruin, gañán, faquín belitre, socarrón de lengua viperina ?

ÑIÑA QUE HABLÓ ANTE LA O.N.U.